Moisés: El LIBERTADOR de un Pueblo
Pascua, Éxodo y Alianza
La Vocación de Moisés: llamado desde un pueblo y para un pueblo...
Leer Ex. 3, 1-12
(Encontramos a Moisés alrededor del año 1250 a.C. en Egipto. Su pueblo, que hacía más de 400 años atrás (hacia el 1700 a.C.) había emigrado allí con la benevolencia de los egipcios, se encuentra ahora en una situación muy distinta.
El Faraón Ramsés II ha sometido a los israelitas a trabajos forzados para la construcción de las grandes ciudades granero Pitom y Ramsés (Ex.1,11).
Ya hacía tiempo que la política de los faraones no simpatizaba con este pueblo extranjero que empezaba a ser una amenaza por su gran crecimiento (Ex.1,8).
La situación externa tampoco era fácil para los egipcios: había que defenderse de los Pueblos del Mar que, procedentes del centro de Europa, atacaban las costas mediterráneas. Los israelitas podrían aliarse con ellos...(Ex.1,10)
La bendición de la fecundidad acompañaba al pueblo de Israel (Ex.1, 7 y 12), de modo que hubo que recurrir al recurso extremo: matarlos cuando eran indefensos (Ex.1, 15 y 22) matándolos al nacer o arrojándolos al Nilo...
(Moisés es un hombre sentenciado a muerte desde su nacimiento. De la tribu de Leví y de buen parecido (Ex.2,2) tiene que ser escondido por 3 meses para huir de la condena. La estrategia de su madre de lanzarlo al Nilo en una cesta en el momento en que la hija del Faraón se bañaba, fue el último recurso de desesperación.
Su llanto (Ex.2,6) es el llanto de un pueblo entero...
Su nombre (“sacado de las aguas” Ex.2,10) presagia otra salvación, otra liberación: la de todo su pueblo.
Como sucede en las vidas de los grandes hombres, sobreviene un “contratiempo” inesperado (Ex.2,11): mata a un egipcio por defender a uno de los suyos y comienza la persecusión del Faraón. Ahora él también comparte la suerte de su pueblo. Y debe huir al desierto, a Madián. No es esclavo como sus compatriotas pero será algo parecido: un extraño, un forastero (Ex.2,22).
Con él Dios inicia un diálogo, comienza a hablar, lo llama.
(La vocación de Moisés comienza en el “clamor que brotaba del fondo de la esclavitud” (Ex.2,23) de los israelitas. Es el clamor, el gemido que sube hasta Dios.
La vocación de Moisés comienza en Dios que oye, recuerda, mira y conoce (Ex.2,24-25) a sus hijos en amor de alianza.
(De “hijo de la hija del Faraón”(Hebr.11,24) que había sido, pasa a ser un humilde y desconocido pastor. Dios lo iba preparando, en medio de los contratiempos, para otra misión de pastoreo.
Seguramente Moisés nunca imaginó este designio de Dios...
Tal vez se preguntaría por entonces, en medio de confusión, cuál era el significado de su vida...Es entonces cuando Dios lo lleva un poco más allá (Ex.3,1). Más allá del desierto de su confusión, de su vida cotidiana, de su experiencia de Dios cotidiana (¿cuál sería?).Allí se le revelará el verdadero Dios...Se le revelará su verdadera vocación...su misión.
La Vocación de Moisés: llamados desde un pueblo y para un pueblo...
(Ex. 3, 1-12)
*Moisés: llamado para un pueblo .
(Moisés tiene una profunda experiencia de Dios.
· En el fuego de la zarza está el Amor de Dios que no se consume...
· Es el verdadero Dios que conoce a Moisés y lo llama por su nombre...
· Es el que cautiva a Moisés y lo descalza, lo desarma, lo seduce.
El miedo inicial de ver a Dios se convertirá en cercana amistad: “Yahveh hablaba
con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo” (Ex.33,11).
Este miedo traduce tal vez su extraordinaria humildad: “Moisés era un hombre muy humilde, el hombre más humilde de la tierra” (Nm.12,3)
· Es el que provoca su respuesta inmediata: “¡Aquí estoy!”
· Es el que quiere revelar su Nombre, es decir, lo más entrañable de su ser, no sólo a
Moisés, sino, a través de él, a su pueblo.
Para reflexión personal:
Dios hablo a Moisés desde una zarza ardiente. Hoy nuestro corazón es esa Zarza en la que Dios nos habla para revelarnos, la vos de nuestra conciencia habla en lo más profundo de nuestros corazones para decirnos lo que es bueno y malo.
¿Escuchas a Dios que te habla?
¿Hablas con Él como un amigo?
¿Obedeces la vos de tu conciencia?
(Moisés tiene una profunda experiencia de la situación de su pueblo.
* Dios le revela la profundidad de lo que él ya había visto en Egipto: la profundidad de la esclavitud de su pueblo, la profundidad de sus gemidos.
* La vocación de Moisés no se entiende al margen de la vocación de su pueblo: Será liberador para un pueblo que debe ser libre en una tierra libre. La vocación de Moisés es parte de la revelación de Yahveh a su pueblo: Dios es el liberador. Dios llama al pueblo de Moisés a ser Pueblo de Dios.
Para reflexión personal:
Hoy para nosotros, los egipcios y el Faraón significan en nuestro corazón las cosas que nos impiden salir y caminar hacia la verdadera libertad.
¿Qué te esclaviza hoy?
¿Qué cosas no te dejan ser verdaderamente libre?
¿Qué cosas nos esclavizan como pueblo?
Las plagas
El Faraón se puso terco y no quiso dejar a los israelitas salir de Egipto (Ex 7,13). La razón económica era muy fuerte, ya que el Faraón tenía en los israelitas un ejército de esclavos a su servicio y, como es lógico, no quería renunciar.
Dios mandó las famosas plagas al país de Egipto: las aguas del Nilo convertidas en sangre. las ranas, los mosquitos, las moscas, la peste, las úlceras, la tormenta, la langosta, las tinieblas, la muerte de los primogénitos.
Las plagas no se refieren a un hecho histórico, sino que es una composición literaria, con la que se quiere dar una enseñanza religiosa fundamental: que Dios interviene portentosamente para sacar a su pueblo de la esclavitud, de tal manera que el poder de Dios es reconocido por el Faraón y por los mismos israelitas.
Desde este punto de vista, adquiere su plena significación la última plaga, la muerte de los primogénitos (Ex 11, 1 -10). En el relato del Exodo, esta plaga se asocia con la celebración de la Pascua. Dios manda a los israelitas que maten un cordero y con la sangre hagan una señal en la puerta de sus casas. De esta manera, el Angel exterminador, al ver la sangre en las puertas de los israelitas, los respeta y no les hace daño, mientras que, por el contrario, mata a los primogénitos de los egipcios (Ex 12, 13-14).
La pascua de los pastores
Para comprenderlo hay que tener en cuenta lo siguiente: la Pascua era una fiesta de pastores nómadas. Sus ritos esenciales lo ponen de manifiesto: se celebra fuera del santuario, sin sacerdote ni altar; la víctima elegida del rebaño, se asa en vez de cocerla, se come con el pan sin levadura de los beduinos y hierbas del desierto, con un atuendo que es el de los pastores; se celebra de noche, cuando no hay que ocuparse del rebaño y en la noche de luna llena.
Se trata, par tanto, de una fiesta de nómadas. Para los israelitas, quiere decir que aquel pueblo pasa de la esclavitud a la libertad, mediante el sacrificio y la muerte de un animal inocente y limpio, el cordero
La salida de Egipto
El orden actual de la narración presenta así la salida de Egipto: los israelitas oprimidos quieren salir. Para conseguir el permiso del Faraón ponen el pretexto de que deben ir al desierto a sacrificar a su Dios. Pese a los prodigios de las nueve primeras plagas, el Faraón se niega a dejarlos ir. Entonces Yahvé lanza la décima plaga y los egipcios les dejan salir e incluso les urgen para que se vayan.
Se van, pero el Faraón cambia de idea y manda perseguirlos. Yahvé interviene poderosamente: es el milagro del mar.
El paso del mar rojo
Este episodio se cuenta en el capitulo 14 del Exodo. Pero, en realidad, de él existen dos tradiciones.
1.-Moisés debe levantar su bastón para que los israelitas pasen a pie seco. Moisés lo hace así y los israelitas pasan a pie seco. Los carros egipcios se lanzan en su persecución. Yahve ordena a Moisés que extienda la mano para que refluyan las aguas sobre los egipcios. Al hacerlo, los egipcios quedan sumergidos y los israelitas a salvo.
2.- Durante su persecución, los israelitas se creen perdidos y se rebelan contra Moisés. Este, sin embargo, les ordena que permanezcan donde están y que estén atentos a lo que va a ocurrir. La columna de nube que les protege se coloca entre ellos y los egipcios. Durante la noche, Yahve hace soplar un fuerte viento del este que seca el mar. Al día siguiente, de madrugada, Yahve, desde la columna de fuego y de nube, siembra el pánico entre los egipcios y entorpece las ruedas de sus carros. Al despuntar el día, las aguas vuelven a su lecho, y Yahve sumerge en ellas a los egipcios.
Para esta tradición, el milagro del mar no es un Paso de los israelitas, es la destrucción de los egipcios. Y esto es lo único que retiene el antiquísimo canto de María. Este es también el único aspecto que desarrolla el poema más reciente de Ex 15, 1-18. Y esto mismo es lo que se dice en Dt I1,4 y Jos 24,7. Por consiguiente, parece que la tradición más segura es la segunda. La profunda lección religiosa de este relato es que Yahve intervino prodigiosamente para liberar a su pueblo.
¿De qué liberación se trata?
No se trata de una liberación interior, espiritual. Sino de la liberación de la esclavitud, es decir, una liberación socio-politica. La liberación interior vendrá más tarde, en la penosa y larga peregrinación por el desierto. La primera iniciativa de Dios sobre el pueblo es sacarlo de su esclavitud. Lo primero que Dios quiere es la libertad para su pueblo, que consiste en cambiar radicalmente su situación social.
Dios va al rondo del problema, lo que pretende. desde el primer instante, es el cambio radical de la situación. El proyecto de Dios no consiste en mejorar las condiciones de vida, sino en cambiar su situación. Dios no quiere esclavos que viven bien. sino hombres libres a costa de cualquier sacrificio y pasando par toda clase de privaciones.
El decálogo
Se sabe que. en la Antigüedad, otros pueblos y culturas, al margen de Israel, tuvieron también sus códigos de moralidad, de alguna manera parecidos al Decálogo judío. En la misma Biblia hay otras listas de prohibiciones y algunas de ellas dan la impresi6n de una antigüedad superior a la redacci6n actual del decálogo. Por ejemplo, en Dt 27,1sss
EL decálogo está íntimamente ligado con la Alianza, y quiere decir que Dios se compromete con el pueblo mediante la Alianza; el pueblo por su parte, tiene que responder a Dios, y el compromiso, en el que se expresa la respuesta, es precisamente el Decálogo. Por consiguiente, el Decálogo recoge y resume lo que debe ser el comportamiento del hombre ante su Dios. He ahí su sentido más fundamental.
Pero en realidad no estaba todo hecho con esa liberación, hay que tener en cuenta la diferencia entre la libertad como ausencia de trabas externas y la libertad interior que consiste en no estar atado a nada ni a nadie, en tener disponibilidad o en gozar de disponibilidad.
Para que el pueblo llegara a adquirir esa libertad interior, esa disponibilidad, Dios le dio los diez mandamientos. Porque, en primer lugar, los hebreos podían consagrarse al culto de otros dioses que no fueran su libertador Yahve y servir a ídolos (primero y segundo mandamientos). Podían, además caer en un estilo de vida de pecado y salirse del camino real de la libertad, si no tomaban en serio a su Señor y no lo servían por encima de todas las cosas (tercero y cuarto mandamientos). Podían también hacerse daño unos a otros, privar a sus hermanos del derecho de ser ellos mismos, destruir en la comunidad la armonía entre los hermanos, en definitiva, atentar contra la libertad de los demás (del quinto al noveno mandamientos). Por último, en el corazón de cada individuo existe la codicia, que es la raíz de todos los atentados contra la libertad (décimo mandamiento).
Solo después de haber experimentado el amor liberador de Dios el pueblo podía comprender que la ley que les daba no era una nueva esclavitud, sino un camino para vivir su amor en libertad.
Esta ley marcaba una serie de normas elementales que en un principio bastaron para que ese pueblo primitivo creciera poco a poco y descubriera lentamente a Dios. Con el correr de los años los israelitas de humanizaron y espiritualizaron y esa ley primera ya no fue suficiente. Se agregaron otras normas que no solo les enseñaban a evitar lo malo, sino también a hacer lo bueno.
La tentación a la idolatria
Infidelidad: Todas las religiones de la antigüedad adoraban a muchos dioses y hacían ídolos de madera o piedra para representarlos y rendirles culto. Pero el primer mandamiento del Dios de Israel decía.: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar en esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.” (Ex 20,2-6).
Una vez celebrada la Alianza, Dios llamó a moisés y le pidió que permaneciera en el Monte , porque quería hacerle conocer su Palabra y moisés permaneció en la presencia de Dios durante cuarenta días y cuarenta noches, en los que Yahvé conversó con él como con un amigo, y le indico la manera en que el pueblo debía darle culto. Mientras tanto, los israelitas se olvidaban de la Alianza y caían en la idolatría. Como Moisés se demoraba en bajar del monte, le pidieron a Aarón que construyera un becerro de oro para poderlo adorarlo como un dios. La Alianza había sido rota por primera vez, el pueblo había faltado a su pacto. Pero frente a lu dureza de corazón de los hombres Dios se muestra misericordioso y dispuesto a perdonarlos.
El arca de la Alianza: Después de esta primera infidelidad a la Alianza, el pueblo construyó un Arca para guardar las tablas de piedra que Dios dio a Moisés, en las cuales estaban escritos los mandamientos. Esta era el arca de la Alianza, que recordaba a los israelitas el pacto de amor por el cual Dios los había elegido como a su pueblo, y la promesa de fidelidad que ellos habían hecho de cumplir sus mandatos.
Para la reflexión personal:
No solo el Pueblo de Israel era seducido por ídolos que lo apartaban de Dios. Hoy nosotros también tenemos ídolos. No como los de ellos, pero también nos alejan de Dios, ya que los preferimos y le dedicamos más tiempo a ellos e importancia.
Decimos que Dios es lo más importante para nosotros ( si pensamos de esta manera) pero no tenemos tiempo para rezar, no nos acordamos mucho de él a lo largo del día. Salvo cuando nos sentimos mal por algo y ahí sí !!!! e rezamos.
Eso si, gastamos horas y horas hablando por teléfono con nuestros amigos o frente al espejo vistiéndonos y arreglándonos, porque queremos estar bien y eso nos da seguridad.
También nos da seguridad el tener la última ropa de moda, el último celular, la ultima computadora, ver los programas que todos miran, poder comprar todo lo que queremos y hacer todos los programas que se nos de la gana.
El dinero y el poder son ídolos de nuestros días! La ropa, el cuerpo perfecto, ser el más reconocido por el grupo, son los temas que ocupan la mayor parte de nuestro tiempo. Son las caras de los nuevos dioses que nos construimos. Hoy como ayer existen ídolos atractivos que quieren ocupar el lugar de Dios.
Trabajo Personal:
La tentación está presente siempre en nuestras vidas….
¿Cuáles son las cosas que hoy te llevan a apartarte de Dios y de sus mandamientos?
¿Cuáles es tu ídolo preferido hoy, que lo colocas por encima de todas las cosas?