La Vocación de Abraham: llamados a creer...
*Abrahám: el “Padre de los creyentes”
Leemos (Gén.12,1-9)
ü Abraham es un hombre que habitaba en la Mesopotamia fértil, en Ur, junto a los 2 grandes ríos. Nos ubicamos entre los 1800 a 2000 años antes de Cristo.
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(Es un hombre común y coriente. Con él Dios inicia un diálogo, comienza a hablar, lo llama.
ü (Dios le pide que se ponga en marcha, que deje su tierra natal. La tierra, para el hombre de este tiempo es algo más que un espacio. Es como el pequeño mundo que ha cobijado y signado la existencia de uno, de antepasados y sucesores. Es un arrancón muy grande
ü (El rumbo es incierto. El único rumbo es la Palabra de Dios.
(La Palabra de Dios es a la vez persuasiva e imperativa. Tiene amor y autoridad. La actitud correspondiente en el hombre será pues la confianza y la obediencia.
(Hay una gran promesa: la promesa de una bendición que incluye una nueva tierra y descendencia. Promesas hechas a un hombre sin ejército (que era como se conquistaban las tierras por ese tiempo) y sin hijos, o más bien, anciano y estéril.
(La llamada de Dios y su promesa son gratuitas: son don de Dios. No se merecen. No se explican a no ser por el amor de Dios.
(Como suele suceder, Dios lo llama por su nombre, pero le da un nombre nuevo (Gén.17,5): “No te llamarás más Abrám sino que tu nombre será Abrahám”. En la mentalidad de entonces el nombre no es sólo algo que sirve para designar a una persona. Es algo que determina su identidad (declara lo que esa persona es): Abrahám es el “Padre de una muchedumbre”.El cambio de nombre es aquí una revelación de su vocación.
Leemos (Gén.15,18)
(El diálogo y la promesa tienen como marco la voluntad de Dios de hacer Alianza con Abrahám (Gén.15,18),y , a través de él, con el pueblo de su descendencia, que será el Pueblo de Dios. Vemos así que la vocación de Abrahám, como la nuestra, siendo personalísima está también entretejida con la vocación de muchos otros.
(El llamado de Dios no implica que no habrá obstáculos. Más bien al revés: el acto de fe muchas veces se ve sometido a pruebas muy duras que lo enriquecen. No podían quedar esperanzas humanas de descendencia entre un viejo y una estéril. Fue bastante contradictorio que el mismo Dios que le había prometido y dado descendencia en Isaac, luego le pidiera sacrificarlo (Hebr.11,17).
(Abrahám, en la prueba, supo confiar en que Dios es el más poderoso y que lo protegía y velaba por él como un verdadero Padre. “Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga”.
(Abrahám no demora innecesariamente la opción. El llamado reclama una respuesta razonablemente pronta. Reclama una respuesta. Hay que optar.
(Abrahám recurre a la oración y la invocación de Dios para ir discerniendo el llamado. El altar es el lugar del encuentro con Dios, el lugar donde hay que ir a escuchar a Dios.
(Abrahám no se asienta definitivamente en la tierra prometida. Va a Egipto. A veces el llamado tiene un itinerario ilógico (según la lógica nuestra). Lo importante es que sea el itinerario de Dios.
LA FE
La respuesta del hombre a Dios
Por su revelación, "Dios invisible habla a los hombres como a amigos, movido por su gran amor y habita con ellos para invitarlos a la comunión consigo y en ella recibirlos". La respuesta adecuada a esta invitación es la fe.
El hombre dirige su inteligencia y su voluntad a Dios. (la Escritura lo llama Obediencia de Fe). Es una respuesta al Dios que se revela
La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios, para el cristiano, creer en Dios es inseparablemente creer en Aquel que El ha enviado "A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, El lo ha contado" (Jn 1,18). Porque "ha visto al Padre" (Jn 6,46), El es único en conocerlo y en poderlo revelar.
No se puede creer en Jesucristo sin tener parte en su Espíritu. Es el Espíritu Santo quien revela a los hombres quién es Jesús. Porque "nadie puede decir: «Jesús es Señor» sino bajo la acción del Espíritu Santo" (1 Co 12,3).
Trabajo Personal.
Mi relación con Dios
ü ¿Quién me habló de Dios por primera vez en mi vida?
ü ¿Cómo era mi relación con Dios en mi niñez?
ü ¿Qué sentía respecto de Él? (seguridad, miedo, lejanía, etc)
ü Recordá la experiencia de Dios más intensa que tuviste antes de los doce años.
ü ¿Qué utilidad nos deja la reflexión sobre este tema?
ü Leer Romanos 4,18-25 y anotar las características que hace San Pablo sobre la fe de Abraham
Isaac, el hijo de la promesa
Textos Bíblicos:
Gen 17,5: el anuncio del nacimiento de Isaac
Gén 18,1. la visita del Señor a Abraham en Mambré
Gén 21,1-8: el nacimiento de Isaac
Gen 22,1-19:El sacrificio de Isaac.
La máxima demostración de Fe
Gen 22,1-19: El sacrificio de Isaac. Esta historia es un signo de la confianza absoluta en Dios. Abraham aceptó la prueba lleno de dolor y angustia y le ofreció a Dios el mayor testimonio de fidelidad posible. Dios como no quiere la muerte, liberó a Isaac. El desenlace de esta historia demuestra que Dios ama la vida y que el destino final de Isaac no solo era de Dios, sino que su descendencia formaría un gran Pueblo
Jacob y EL PUEBLO DE ISRAEL:
Jacob: Significado: "el que suplanta". Nombre del patriarca del Antiguo Testamento, padre del pueblo hebreo; fue hijo de Isaac y de Rebeca y hermano gemelo de Esaú. Su nacimiento fue ansiosamente esperado por su padre que oraba al Señor para que le diese hijos que perpetuasen su nombre y su heredad (Gn. 25:21). La historia de su vida se relata en Gn. 25-37.
Tuvo doce hijos que llegaron a ser líderes de las doce tribus de Israel. Jacob era astuto y en ocasiones poco honesto, había robado la primogenitura y la bendición (Gn 25,29-34).
Dios lo elije a Jacob tal cual es a pesar de sus faltas. Con paciencia espera encontrarse con él para impulsarlo a cambiar, hasta que esto sucede en un sueño en el que Jacob revela la Alianza con Dios (Gen 28,10-17). En otro momento Jacob lucha con el mensajero del Señor (Gen 32,25-32). Posteriormente Jacob se convierte a Dios y se arrepiente de todas sus trampas al comprender que Dios prefiere la honradez y la verdad a la astucia. Dios le cambia el nombre por Israel, que significa “el que lucha con Dios”, al darle su misión (Gen 32, 29;35,10). De aquí que sus descendientes son conocidos como israelitas.
Para reflexión personal: (Gn. 32:24, 32) ¿Con quien lucha Jacob?, ¿contra si mismo? ¿Contra Dios? En este relato, la Biblia nos presenta el combate espiritual de Jacob contra Dios, al que intenta vencer y no puede. De esta lucha Jacob sale fortalecido, con un nuevo nombre (una nueva identidad y misión), listo para enfrentar la vida de otra manera. Dios cambia el nombre a Jacob. Lo llama Israel “el que lucha con Dios”.
La vida muchas veces se presenta como una lucha,
Un esfuerzo por hacer las cosas bien y no dejarnos seducir por las tentaciones.
¿Cuáles son tus luchas hoy?
Cuales son las grandes tentaciones contra las que tenes que combatir?