Trabajos Prácticos 1º Trimestre

Los tiempos de la MONARQUIA

Desde el año 1030 a.C. hasta el 587 a.C. Israel vive un régimen monárquico.

En el 1050 a.C. los filisteos terminan de instalarse en la costa mediterránea, en la zona de Gaza. Estos guerreros hicieron sentir pronto su presión en el interior del país. Los diferentes pueblos comprendieron que era necesario un poder capaz de resistirles: esta es una de las razones por las que allí nacen entonces las monarquías, tanto en Edom, como en Moab e Israel. Hacia el 1100 a.C. nacen también los Reinos arameos (Damasco, Soba, Jamat, etc) , vecinos y rivales de los israelitas.

SAÚL es el primer rey (1030-1010 a.C.). Es ungido por SAMUEL el primer profeta que conoce Israel.

Gobernó las tribus de Israel y organizo un ejercito, dándole unidad política y capacidad para defenderse de los filisteos. Obtuvo grandes victorias contra sus enemigos lo que le dio un gran prestigio y reconocimiento por parte del pueblo.

Sin embargo, cayo en el orgullo y cegado por el poder, olvidando la Alianza pretendió gobernar sin Dios. El pueblo disconforme y pidieron a Samuel que lo destituyera y nombrara a otro Rey que gobernase según Dios.

Resaltamos algunos episodios::

- Institución de la monarquia: 1 Sam 8, 1-9 ; 8, 11-18 (fueros del rey)

- El rechazo de Saúl: 1 Sam 15, 1-3 ; 7-11 ; 16-23

- Elección de David: 1 Sam 16 (unción de David) ; 1 S 17 (combate con Goliat)

- Conflicto con Saúl: 1 Sam 18, 6-12 (envidia de Saúl) ; 1 Sam 24, 1-23 ; (huída de David al desierto y reconciliación)

Después de la muerte de Saúl (en combate) el gran rey DAVID, figura prototípica del Rey-Mesías, logrará imponerse. Reinará 40 años (1010-970 a.C.). Hacia el 1000 a.C. toma Jerusalén de manos de los jebuseos y la convierte en capital.

David consigue crear un reino unido. La profecía de Natán anuncia la promesa a la descendencia de David, de la permanencia en el trono de Israel. Es la Alianza de Dios con David y su dinastía.



La Vocación de David: llamados gratuitamente y desde lo que somos...

(1 Sam.16,1-13)

*David: llamado gratuitamente .

ÄDios no mira como mira el hombre.

El profeta Samuel es un hombre de Dios, pero, al ser enviado por Dios para ungir el Rey para su pueblo de entre los hijos de Jesé, se fijó en el primero por su aspecto y lo elevado de su estatura.

ÄDios no mira las apariencias sino el corazón.

La Voluntad de Dios se discierne de Corazón a corazón, es decir, mirando mi corazón desde el Corazón de Cristo. Allí encontraremos las verdades más profundas de mi ser:

· mis miserias, límites y pecados

· mis talentos, dones y capacidades que Dios me regaló

*David: llamado desde lo que él es.

-David es el menor de los hijos. No parecía importante a su padre que estuviese en el sacrificio de Samuel.

-Su apariencia no parecería la más indicada para la misión de ser rey. De hecho el gran filisteo Goliat lo despreciará por su pequeñez (ISam.17,42). Se dedica al sencillo oficio de pastor y es bueno para componer y ejecutar cánticos con la cítara (I Sam.16,18), pero también es valiente guerrero.

-Su buena presencia es signo de su bondad y amabilidad (ISam.16,18). De hecho, rápidamente Saúl y su hijo Jonatán le cobran afecto (I Sam 16,21).Uno de los rasgos más delicados de su corazón será el de la amistad (I Sam.19 y 20; II Sam.1,17ss.).

-David es un hombre de Dios: Con todo su corazón entonó himnos, mostrando su amor a su Hacedor (Sir.47,8). En su vida y en los Salmos que compone, vemos su corazón abandonado a la Voluntad de Dios, humilde, servicial, pobre, generoso, noble.

-Pero también, lo veremos, mostrará su miseria y su pecado...



Así Comenzó la edad de oro del pueblo de Israel: tiempo de paz y esplendor en el que se construyó una nación fuerte y ordenada, organizaba a base de sus instituciones y un fuerte ejercito, regida por el gran Rey David. David era un hombre profundamente religioso; amaba a Dios, le gustaba cantarle y rezarle, agradecerle por todas las maravillas que hacía con su pueblo. Los Salmos son un signo de esta devoción..

El Rey quiso construir un gran templo para guardar el Arca de la Alianza, un santuario donde todos pudieran venerar la presencia de Dios. Pero Dios le hizo conocer a sus deseos por medio de la vos del Profeta Natán. (2 Sam 7,5-16).

David fue un gran Rey para su pueblo pero también cometió errores y supo reconerlos delante de Dios y de su pueblo. Un día mandó matar a uno de sus soldados para quedarse con su bella esposa, de la que se había enamorado. El profeta Natán le reprocho de parte de Dios su acción y David se arrepentió de su pecado. Haciendo ayudno y penitencia e implorando misericordia (2Sam 12,13 y Salmo 51,3).