Trabajos Prácticos 1º Trimestre

2.5 La Libertad: don y tarea.

Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. "Quiso Dios «dejar al hombre en manos de su propia decisión» (Si 15,14), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a El, llegue libremente a la plena y feliz perfección":
El hombre es racional, y por ello semejante a Dios; fue creado libre y dueño de sus actos.

El autor de la vida
Una historia que nos enseña a valorar la libertad que Dios nos confía

Sentado ante el gran escritorio el autor abre el gran libro. No contiene palabras por que éstas no existen. Y no existen por que no se necesitan. No hay oídos para oírlas, ni ojos para leerlas. El autor esta solo, toma el gran bolígrafo y empieza a escribir.
Como el artista combina los colores y el tallador las herramientas, el autor une las palabras. Hay tres. Tres únicas palabras. De esas tres surgirán un millón de pensamientos. Pero la historia depende esas tres palabras.
Toma su bolígrafo y escribe la primera palabra: tiempo. El tiempo no existía hasta que el lo escribe. El, El mismo es sin tiempo, pero su historia se encerrará en el tiempo. La historia tendrá un primer amanecer, un primer movimiento de la arena. Un comienzo... y un termino. Un capítulo final. El lo sabe antes de escribirlo: tiempo, la distancia de un paso en el sendero de la eternidad.
Despacio, tiernamente, el autor escribe las segunda palabra. Es un nombre Adán mientras lo escribe lo ve, al primer Adán. Luego ve a los demás. En mil eras, en mil tierras, el autor los ve a todos. A cada Adán. A cada hijo. Los ama al instante, los ama para siempre. A cada uno le asigna un tiempo. A cada uno le señala un lugar. No hay accidentes, no hay coincidencias. Solo designio.
El autor promete a los que aún no han nacido: "los haré a mi imagen; serán como yo: reinaran, crearán, nunca morían. Y escribirán, ya que tendrán que hacerlo por que cada vida es un libro, no para leerse, sino para escribirse".
El autor comienza la historia de cada vida escribirá su propio final. Que riesgosa libertad habría sido mas segura terminar la historia de cada Adán. Escribir cada alternativa. Pudo haber sido mas simple. Mas seguro. Pero no habría sido amor. Amor es Amor solo si escoge.
Así es que el autor decidió dar a cada hijo un bolígrafo. "Escriban con cuidado", susurró.
Con todo amor, deliberadamente, escribió la tercera palabra sintiendo ya el dolor: Emmanuel, la mas grande mente en el universo imagino en el tiempo. El juez mas justo concedió a Adán una elección. Por el amor fue el que dio a Emmanuel: "Dios con nosotros".
El autor entraría en su historia. El verbo se haría carne. El también nacería. El también llegaría a ser humano.
El también tendría pies y manos. El también tendría lágrimas y desafíos que enfrentar. Y lo más importante: también tendría que tomar una decisión. Emmanuel se levantaría en la encrucijada de la vida y la muerte y tomaría una decisión.
El autor conoce bien el peso de esa decisión. Hace una pausa y escribe la página de su propio dolor. Pudo haberse detenido allí. Hasta el autor tiene que tomar una decisión. Pero ¿como podría el creador no crear? ¿Como podría un escritor no escribir? Y ¿como podría el Amor no Amar?
Así es que el elige la vida, aunque esta significa la muerte, con la esperanza de que sus hijos hagan lo mismo. Y así el autor de la vida completa su historia, clava una clavo en la carne y rueda la piedra sobre la tumba. Y, sabiendo la elección que va a hacer, conociendo la elección que todos los "adanes" van a hacer, escribe: FIN.
Cierra el libro y anuncia el principio


Libertad y responsabilidad
La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.
En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a "la esclavitud del pecado".
La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que éstos son voluntarios
Todo acto directamente querido es imputable a su autor:
La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana, especialmente en materia moral y religiosa. Este derecho debe ser reconocido y protegido civilmente dentro de los límites del bien común y del orden público.

La conciencia moral
"En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal... El hombre tiene una ley inscrita por Dios en su corazón... La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella".
Presente en el corazón de la persona, la conciencia moral le ordena, en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las opciones concretas aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas.


Libertad
Un valor que todos reconocemos, pero que pocos sabemos defender, o del cual podemos abusar.
La libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo o cualquier otra diferencia de cualquier índole. Gracias a la libertad podemos realizar aspiraciones: un mejor nivel de vida, formar a los hijos para que aprendan a tomar mejores decisiones, buscar un lugar adecuado para vivir, participar de manera activa en beneficio de la sociedad, llevar una vida congruente con la moral y la ética en todo el quehacer profesional, buscar una educación de calidad... pero estos son los efectos de la libertad, no la libertad misma.
La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia, de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión de un impulso o del instinto.
Toda decisión se enfrenta a la consideración de lo bueno y lo malo, del beneficio o el perjuicio de una acción. Si no se realiza este juicio se puede incurrir con facilidad en un error pues se hace un uso irresponsable de la libertad. Al igual que en otros aspectos de nuestra vida, el abuso se convierte en un actuar conforme a nuestros impulsos, sin reconocer barreras, límites, moral o ética, es decir, se convierte en libertinaje.
El mal uso o abuso de este derecho, siempre tendrá repercusiones en nuestros semejantes. Es inconcebible pensar que nuestro poceder es independiente y único, no podemos obrar como si fuéramos los únicos en el mundo o imponer sin ton ni son normas a las cuales deben sujetarse los que nos rodean; si por alguna razón alguien con autoridad o poder de cualquier índole afecta abusando "libremente" en perjuicio del prójimo, está olvidando las bases y principios que le han otorgado esas capacidades para el servicio, bienestar y desarrollo de los demás.
Tal es la magnitud de la libertad, que ni Dios la condiciona o restringe, pues forma parte de nuestra naturaleza; sus mandamientos son una guía con la cual se puede ser más humano, nada parecido a un condicionamiento, pues se nota por las acciones, que todos tenemos la capacidad de aceptar o rechazar lo propuesto, de asumirlo con alegría o rechazarlo abiertamente, haciendo lo que mejor nos parece; sin que en este momento se juzgue si esa aceptación o menosprecio sea bueno o malo, podemos afirmar nuevamente que siempre estaremos ejerciendo nuestro derecho de ser Libres.
La Libertad no se construye. No es como en el caso de virtudes como la perseverancia, la fortaleza o la paciencia que requieren de un esfuerzo constante y continuo para hacer de ellas una parte integral de nuestra vida. La libertad se ejerce de acuerdo con los principios fundamentales que nacen en la conciencia, en la familia y en la sociedad, es ahí dónde este valor se orienta, forma, educa y respalda, forjando personas íntegras.
Puede ocurrir que nuestra libertad se vea obstruída por cualquier motivo, lo peor sería dejarnos llevar por el desánimo o el pesimismo, la Libertad siempre estará latente en nuestro ser y en nuestra mente. Siempre contaremos con la libertad de elegir cómo nos afectan las circunstancias. Nuestra libertad, aún cuando sea obstruída, permanece en nuestro interior cuando elegimos si lo que nos ocurre nos derrota, o permanecemos de pie. Desgraciadamente es en condiciones adversas cuando se considera en toda su magnitud el valor que reside en la Libertad. Por eso mismo se defiende la libertad de expresión, de traslado, de decidir por aquello que nos traiga un beneficio, de trabajar donde se prefiera o de elegir lo mejor para la familia o para la sociedad.
Podemos percibir mejor la libertad en nuestra vida diaria en muchos aspectos: En el momento que procuramos enseñarle a los demás (hijos, empleados, padres, amigos, etc.) a considerar lo bueno y lo malo de cada acto; cuando tenemos acceso a distintos medios de comunicación y encontramos que se puede expresar opiniones con respeto y educación; Cuando usamos correctamente de servicios públicos.
Reflexionar en la libertad es una oportunidad para considerar lo que tenemos, cómo lo aprovechamos o desaprovechamos, lo que hemos hecho y dejado de hacer. Vivir libremente es respetar, y al mismo tiempo es decidir, es ejercer un derecho.


Para reflexionar:

Camino a la libertad….

Libertad es la capacidad de visualizar un futuro mejor y concentrar nuestra atención, nuestra pasión y nuestras decisiones en ese futuro.
Es dominar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones y dirigirlos correctamente.
Es poder sacrificar lo inmediato y lo cómodo por algo mayor y mejor.
Es decidir hacer lo necesario para que el futuro exista.
Libertad es crecer pero no a expensas de otro. Es crecer en paciencia, en perseverancia, en amor, en fe, en confianza, en seguridad, y en la capacidad de producir resultados a través de una vida dirigida, por uno mismo, hacia objetivos dignos.
Si la libertad de uno o de unos, produce opresión en otros, entonces no es libertad, sino un capricho egocentrista.
Este capricho lleva a irrespetar, dominar y controlar la vida de otros trayendo destrucción y violando los principios de la vida.
La libertad real produce respeto a la vida, y es regida y gobernada por principios y leyes. Es por esto, que las personas más libres son las que más se conocen y más se sujetan a producir resultados en sus vidas conforme a sus propósitos y sus razones de ser.
Entendemos hoy a los héroes, que se levantan cada día cumpliendo con sus metas, negándose a sí mismos en pro de sus propósitos, sabiendo que Dios es el protector y determinante del futuro de los que deciden vivir la libertad de ser lo que nacieron para ser.
Decisiones contundentes se están tomando en los corazones; decisiones que determinan el futuro.
Es tiempo de crear un camino nuevo hacia un futuro posible, es tiempo de saber que cada uno de nosotros puede hacer la diferencia.
La libertad sin sacrificio y esfuerzo no existe. Los errores del pasado crean el temple y el carácter necesarios para construir algo mejor. Nuestras decisiones diarias determinan ese futuro.
Si hoy decidimos respetar, amar, dar gracias y luchar por lo que creemos, mañana será diferente. Haremos tangible la verdad, la justicia y la libertad para nosotros y para una nueva generación.
Tu vida cambia en el momento que tomas una decisión integra, acorde y comprometida. La fuerza y el poder de una decisión y de sus consecuencias residen dentro de ti.
En otras palabras, ya la posees. Cuando decides lo que quieres encontrarás un camino, estarás determinando el éxito de tu decisión.
Tomar una decisión es comprometerte con el resultado, sin vacilación, sin pensar en otra posibilidad. Mientras más tomas decisiones, más habilidad tendrás en tomar decisiones acertadas. La repetición conduce a la habilidad: sé consistente y perseverante con tu decisión.


Alison Salas


Trabajo Práctico n.7:
Tema: la Libertad

• ¿Cuándo soy Libre?
• ¿Cuándo estoy enjaulado?
• ¿Cuando pierdo la Libertad?
• ¿El hecho de que existan reglas significa que me LIMITAN la LIBERTAD ?
• ¿Se puede ser LIBRE haciendo lo que se nos ocurre ?
• ¿Qué SEÑALES nos ha dado Dios para ser LIBRES?